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Conoce tus alternativas para la prevención del VIH

Hablar del VIH hoy no es lo mismo que hace 20 o 30 años. Los avances en prevención y

tratamiento han cambiado el panorama de forma radical, ahora contamos con herramientas

seguras, accesibles y científicamente comprobadas que permiten vivir sin miedo y con más

libertad. Pero, ¿cuáles son esas opciones y cómo se complementan entre sí?

En este blog te comparto cuatro estrategias de prevención del VIH que toda persona debería

conocer.


El condón: un clásico que nunca pasa de moda


El condón es probablemente la herramienta de prevención más conocida. Y con razón, pues,

sigue siendo una forma simple, práctica y efectiva de protegerte. Su uso correcto previene el VIH

y otras infecciones de transmisión sexual (ITS), además de ser económico y fácil de conseguir en

farmacias, clínicas y hasta en espacios comunitarios.


Aunque a veces se piensa que ya existen métodos “más modernos”, la realidad es que el condón

sigue siendo insustituible porque, a diferencia de otras estrategias, también protege contra ITS

como la sífilis, la gonorrea y el VPH.


PrEP: la prevención del VIH más poderosa


En los últimos años, la profilaxis preexposición o PrEP ha transformado la forma de prevenir el

VIH. Se trata de un medicamento que, tomado de manera correcta, reduce drásticamente la

posibilidad de adquirir el virus.


Hoy en día existen dos formas de PrEP, la pastilla diaria y la inyección cada dos meses. Esto

brinda opciones para diferentes estilos de vida, siempre bajo la recomendación y supervisión de

un proveedor de salud.


Eso sí, la PrEP no sustituye al condón. Como no protege contra otras ITS, lo ideal es combinarla

con pruebas periódicas y prácticas de autocuidado.


PEP: actuar a tiempo puede marcar la diferencia


La vida está llena de imprevistos. Puede que en algún momento hayas tenido una situación de

riesgo y no usarás protección. Para esos casos existe la profilaxis postexposición o PEP, un

tratamiento de emergencia diseñado para reducir el riesgo de adquirir VIH después de una

posible exposición.


En esta opción, el tiempo es crucial, la PEP debe comenzar lo antes posible, y siempre dentro de

las primeras 72 horas. Consiste en tomar medicamentos antirretrovirales durante 28 días, bajo

supervisión médica.


Es importante recordar que la PEP no está pensada para usarse de manera regular. Si las

exposiciones son frecuentes, la mejor opción es hablar con tu proveedor sobre iniciar PrEP.


Recuerda que la prevención del VIH no se limita a una sola opción, cuentas con herramientas

que puedes adaptar según tu realidad, tu estilo de vida y tus necesidades. Lo más importante es

estar informado y tomar decisiones conscientes.

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